Acumular experiencia | Presupuesto y reelección
18 noviembre
Dulce María Sauri Riancho
Fueron tres días seguidos de sesiones, 38 horas y 18 minutos
de trabajo legislativo (el último tramo de 20 horas con 31 minutos, de jueves a
la mañana del viernes) para discutir y finalmente aprobar por mayoría en la Cámara
de Diputados el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2021.
En este prolongado lapso se registraron 330 intervenciones
para proponer más de 1,000 modificaciones al dictamen de la Comisión de
Presupuesto que se discutía en el pleno. Una a una, casi todas fueron
rechazadas, pues en el saldo final apenas una decena prosperó, todas,
propuestas de Morena.
Esta prolongada jornada legislativa marca un hito no solo
por su duración y el número de “reservas” inscritas y después expuestas en
tribuna, por primera vez se empleó el sistema de sesiones semipresenciales para
registrar asistencia, discutir y votar un presupuesto.
Con el Reglamento de Contingencia Sanitaria y una aplicación
desarrollada por la Dirección de Tecnologías de la Información de la propia
Cámara de Diputados, 500 legislador@s estuvimos “presentes”, en el salón de
sesiones o fuera de él, tan cerca como las oficinas de San Lázaro o tan lejos
como Tijuana o Mérida.
La participación de quienes lo demandaron fue posible
mediante la plataforma Zoom, si no se encontraban físicamente presentes por no
formar parte de los 129 legisladores acreditados por los ocho grupos
parlamentarios.
Finalmente, a las 5:35 de la mañana del viernes 13 pasado,
305 diputad@s votaron a favor y 151 en contra del PEF 2021.
Antes de 1988, al proyecto de Presupuesto del Presidente de
la República no se le tocaba ni con el “pétalo de una coma”: entraba y salía en
los mismos términos planteados por el Ejecutivo federal. En los años siguientes
hubo algunas turbulencias, como las acontecidas en diciembre de 1994, cuando se
desató la crisis económica.
El complejo proceso de aprobación del Presupuesto cobró
cierto grado de dificultad desde que se abrió paso el pluralismo político en la
Cámara de Diputados.
A partir de 1997, cuando el PRI perdió la mayoría, numerosos
grupos representantes de organizaciones sociales del campo y las ciudades,
gobernadores y presidentes municipales de todo el país, rectores de
universidades, y en general quienes solicitaban asignación de recursos visitaban
las oficinas de la Comisión de Presupuesto buscando la forma de plantear
directamente sus demandas, empleando incluso la técnica del plantón o del
cierre de los accesos al complejo de la Cámara.
En esta misma Legislatura, el primer y segundo año hubo bloqueos
de distintas agrupaciones, lo que llevó el año pasado a tener que cambiar la
sede de San Lázaro a un local privado en Santa Fe, para poder desahogar la
discusión presupuestal y votar casi una semana después del plazo que marca la
Constitución.
Este año, la pandemia desalentó las manifestaciones y los
bloqueos, pero también considero que influyó la muy escasa respuesta a las
demandas en los dos años previos impuesta por la mayoría absoluta de Morena.
El hecho es que el proceso de este año se desarrolló
íntegramente en las instalaciones de San Lázaro y que concluyó dos días antes
de la fecha límite, el 15 de noviembre. Una vez más, se confirma que al tercer
y último año de la Legislatura se alcanza plenamente la capacidad de
organización para discutir ampliamente el PEF, por el tiempo necesario para
abordar las distintas propuestas de modificación.
Cuando se discutió y aprobó la reelección consecutiva en
diciembre de 2013, se adujo que se abría la posibilidad de acumular experiencia
legislativa para ponerla al servicio de la ciudadanía.
En 2021 será la primera ocasión en que se aplicará esta
disposición en el ámbito federal, en este caso, en la integración de la LXV
Legislatura que fungirá entre septiembre de 2021 y el 1º de agosto de 2024.
La reelección consecutiva hará posible que al menos algunos
de las y los diputados que participaron en el estudio, dictaminación y
discusión del PEF 2021, estén presentes en noviembre próximo, debatiendo y
aprobando el PEF 2022.
Capitalizar esta experiencia es, en parte, asunto de los
partidos políticos que pueden presentar la propuesta de reelección de sus
diputad@s a consideración del electorado.
Y desde luego, la última palabra la tendrán quienes voten
por refrendar la confianza o castigar a sus representantes que aspiran a ser
reelegidos.
La pandemia impidió culminar el proceso legislativo que
hubiera establecido en la Ley Electoral (LEGIPE) y en la de Partidos Políticos
las bases legales para regular la participación de quienes aspiren a
reelegirse.
A falta de leyes específicas para el proceso en curso, el
Instituto Nacional Electoral (INE) será responsable de establecer los criterios
y procedimientos para las y los aspirantes a ser reelectos, sujetándose al
marco constitucional y legal que establece esa posibilidad sin más restricción
que ser postulado/a por el mismo partido que en 2018, salvo que haya renunciado
antes del 28 de febrero de 2020.
Considero que la función clave del INE en el proceso de
reelección consecutiva de las y los diputados federales es la fiscalización: de
los recursos asignados a los legisladores para la realización de su encomienda;
de su acceso y presencia en los medios de comunicación institucionales, como el
Canal del Congreso; de su tiempo, que tendría que dividirse entre el trabajo
legislativo del último periodo de sesiones ordinarias que se inicia el 1º de
febrero y concluye el 30 de abril de 2021, un mes antes de la fecha electoral
del 6 de junio.
La Cámara de Diputados debe mantener su ritmo de trabajo
hasta el final de la Legislatura, tal como demandan quienes representamos.—
Ciudad de México.