La Cadena de las Glorietas, como el agua y el aceite
Dulce María Sauri Riancho El sábado pasado asistimos a un evento inusual. La llamada "Cadena de las Glorietas" fue algo inédito en las manifestaciones sociales. Por primera vez se planteó el reto de engarzar mediante un cordón humano el inicio y el final del Paseo de Montejo, emblemática avenida de nuestra ciudad capital. No era una tarea menor; había que hacer presencia en un poco más de 6,000 metros; había que organizarse para manifestarse en esta arteria vital de Mérida sin que significara molestia o incomodidad para los miles de ciudadanos que transitan por esta vía en sus vehículos o en el transporte público. Había también que coordinar las diversas muestras de expresión, en tiempo y en las formas, para poderse mostrar ante propios y ajenos, como una unidad de voluntades y de propósitos, ya que no hubo discursos ni declaraciones formales. Cientos de personas acudieron al llamado de un conjunto de ciudadanos y de organizaciones sociales y se apostaron a partir de las ci...