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Mostrando entradas de agosto, 2016

IV Informe Presidencial. Ocaso prematuro

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Dulce María Sauri Riancho Estamos a dos semanas del IV Informe presidencial. En el siglo pasado, la celebración por cuarta vez del ritual del “día del Presidente” marcaba el cenit del poder presidencial, que se prolongaba por los siguientes 12 meses. El camino del 4o. al 5o. informe se recorría en la cúspide. En los tres años anteriores se habían presentado y puesto en marcha programas y proyectos, que comenzaban entonces a dar resultados concretos. Había cosas que mostrar, pero sobre todo había expectativas en el equipo presidencial, de suficiente peso como para pisar el acelerador rumbo al final del mandato. Habiendo obtenido su partido la mayoría en la elección intermedia celebrada el año anterior, el presidente de la República se aprestaba a observar con atención el comportamiento de los aspirantes a sucederlo, listo para expresar, al final del quinto año, las “palabras mayores”, que designaban al candidato a relevarlo, quien sería seguro triunfador en las elecciones constitucio

Edificios y ángeles. Desarrollo integral sostenible

Dulce María Sauri Riancho Madres y abuelas conocemos la incesante actividad de los ángeles de la guarda. Niñas y niños traviesos, una y otra vez los ponen constantemente a prueba, que superan casi siempre. Así sucedió en Mérida, hace unos días, cuando un pequeño de cuatro años cayó desde la ventana del tercer piso de un edificio. Sorprendido por los gritos del menor, un albañil vio el momento en que perdía el equilibrio y se precipitaba al suelo, del que se levantó aparentemente con sólo unos raspones en las rodillas. Desde luego, llamaron a la ambulancia que se presentó con oportunidad y, tras complicadas maniobras, finalmente el accidentado llegó al hospital O’Horán, donde se certificó médicamente lo que podríamos calificar como “milagro”. No sólo fue el feliz resultado de esta historia lo que llamó mi atención. Fueron, lo confieso, las fotos de los edificios de departamentos que ilustraban la información. Rasqué en mi memoria y en la web para refrescar mis datos sobre este ti

Medición de la pobreza: guerra de números

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Dulce María Sauri Riancho En inédito episodio, dos instituciones del Estado mexicano discreparon abiertamente por su estrategia para medir la pobreza. Una de ellas, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval) acusó a la otra, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), de distorsionar los datos sobre los ingresos de la población más pobre del país. Tal parece que por arte de magia estadística, entraron al sombrero del Inegi millones de pobres que, como la paloma de la chistera, salieron convertidos en clase media baja. Las suspicacias de analistas y críticos afloraron de inmediato. El gobierno, dijeron, necesita urgentemente “lavarse la cara” ante los problemas económicos y de seguridad que siguen sin resolverse. “Desaparecer” pobres sería una manera sencilla y barata de mejorar la imagen internacional de la administración federal y de enviar un mensaje positivo, de buenos resultados. Sin embargo, las cosas no son tan sencillas. El Ine