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Mostrando entradas de noviembre, 2014

Violencia contra las mujeres. Memoria de Juárez

Dulce María Sauri Riancho Ayer se conmemoró el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres. En esta ocasión reviste un significado especial para nuestro país, inmerso en la tragedia de Ayotzinapa. La crispación y el coraje que acompañan estos trágicos acontecimientos de manera alguna pueden desviar o desvanecer la importancia de perseverar en la lucha contra la violencia que afecta a la población femenina por su condición de género, es decir, simple y llanamente por el hecho de ser mujer. Hacer memoria de la dura trayectoria hasta lograr el reconocimiento del abuso de poder que representan las distintas manifestaciones de la violencia -física, psicológica, sexual- contra las mujeres ayuda a no perder la dimensión de un problema que, si bien las afecta individualmente, incide también en la convivencia social y en las condiciones de la seguridad pública. Este ejercicio de memoria también arroja luz sobre el origen de la crisis de credibilidad que afronta la institución cla

El hartazgo de la sociedad en el aniversario de la revolución

Dulce María Sauri Riancho “¿Listos para la revolución?” fue la pregunta que me espetó un joven profesional compañero de natación al comenzar la jornada de ejercicio matinal. La frase me acompañó durante la hora siguiente, como un eco que demandaba comprender las razones que podría tener un joven yucateco, en uno de los pocos lugares del país que se perciben a sí mismos como tranquilos, para sentirse estrechamente compenetrado con los acontecimientos que suceden en otras regiones. La invocación revolucionaria de mi compañero trae consigo un juicio categórico sobre la imposibilidad de impulsar los cambios por la vía pacífica, cuando la ciudadanía decide que quienes ejercen el poder público no lo han hecho con eficiencia y a su entera satisfacción. Sólo un giro radical, se insinúa en la pregunta del joven profesional, puede afrontar la situación que vive México y éste se llama Revolución. Así pensó una parte de la generación estudiantil del 68, aquellos que en ese año de la Oli

Demanda de resultados

#SigueJesus Dulce María Sauri Riancho Durante 26 minutos había informado detalladamente y después de media hora de preguntas, al concluir su respuesta sobre la intervención tardía de la PGR, “.nosotros tenemos competencia a partir de que se determina la intervención de la delincuencia organizada.”, y eso sucedió hace 33 días, hasta cuando la procuraduría de Guerrero declinó continuar con la investigación del caso. Entonces susurró la frase: “… Ya me cansé…”. Ese viernes por la tarde Jesús Murillo presentó un amplio informe sobre las pesquisas donde encontraron restos humanos; en el mismo se reprodujo parte de las declaraciones de tres personas que confesaron ser los autores materiales de la ejecución de los 43 jóvenes estudiantes. Autoridades y policías municipales de Iguala y Cocula, involucradas con el crimen organizado de la región, dijeron, se los habían entregado. La capacidad para reducir, asesinar e incinerar los restos de 43 jóvenes, estas personas hablan de que no era l

Ante la crisis de legitimidad

Dulce María Sauri Riancho Elijo dos palabras para describir estos primeros días de noviembre: confusión y descomposición. Grandes sectores de la sociedad mexicana, enterados por los medios de comunicación de lo acontecido en Guerrero, Estado de México, Tamaulipas, Michoacán, Veracruz y otras entidades de la república, están confundidos y angustiados ante los diversos sucesos de violencia que se repiten todos los días, como si fueran parte del acontecer diario del país. La sensación de estar viviendo una situación de descomposición de las instituciones acompaña a los pobladores de regiones completas, que asisten impotentes a la inacción de sus autoridades más próximas, como son los ayuntamientos y los gobiernos estatales o, lo que es peor, a su abierta complicidad con las redes del crimen organizado en torno al narcotráfico, el secuestro y la extorsión. Las válvulas de escape de la presión social se encuentran obstruidas por la impunidad y la corrupción, cuyas muestras más patentes a

El sacerdote y el procurador. Iguala duele

Dulce María Sauri Riancho (Publicado el martes 28 de octubre de 2014 en el Diario de Yucatán) Al mediodía del jueves 23 se reunieron el padre Alejandro Solalinde y el procurador general de la república, Jesús Murillo. La entrevista había sido motivada por la información que el presbítero católico había recibido de un testigo del asesinato y posterior incineración de los jóvenes de Ayotzinapa, desaparecidos desde el pasado 26 de septiembre. Por su parte, la Procuraduría federal había estado realizando intensas investigaciones en el área de Iguala, durante las cuales logró encontrar nueve fosas y 30 cadáveres, aunque aparentemente ninguno correspondía al de los estudiantes desaparecidos. He revisado con atención las diversas notas sobre el encuentro en los medios de comunicación. Lo primero que destaca es el tono de serenidad y la sensación de que hubo un esfuerzo real de intercambio de información entre el sacerdote y el procurador, ambos coincidentes en el propósito común de