Cuando la prohibición tropieza con la cultura
En las últimas semanas dos temas aparentemente inconexos han provocado reacciones sociales intensas: la prohibición de corridos tumbados con referencias al narcotráfico en algunos escenarios públicos, y la venta clandestina de comida chatarra por parte de escolares dentro de las instituciones educativas. Uno pertenece al ámbito de la música popular; el otro, al de la alimentación infantil. Sin embargo, ambos comparten una raíz común: son manifestaciones de una cultura profundamente arraigada que entra en conflicto con regulaciones impulsadas desde el Estado. Más allá de lo anecdótico, estamos frente a un choque estructural entre la norma legal y la práctica cotidiana. Antes de seguir adelante, estimad@s lectores, permítanme ofrecer una breve definición sobre “lo prohibido”, tanto en música como en alimentación. Los narcocorridos surgieron en las décadas de 1970 y 1980 en el norte de México —especialmente en estados como Sinaloa, Chihuahua y Durango— como una evolución del corrido ...