Las marchas de mayo. Transparencia y verdad
Dulce María Sauri Riancho El sentido común obliga a considerar la posición de los funcionarios gubernamentales sobre el reclamo de información y transparencia que mantiene un sector de la sociedad. Veámoslo en términos de costos y oportunidades. ¿Qué le saldría más barato -políticamente hablando- al gobierno: dar a conocer las razones por las que no ha podido concluir los hospitales de Valladolid y Tekax y terminarlos a la brevedad, o aguantar en silencio las protestas cada vez más exaltadas de los ciudadanos de esas regiones? ¿Qué sería más fácil para los encargados de la comunicación: exhibir su padrón de proveedores y así responder a los señalamientos reiterados de fraude, o "jugársela" a enfrentar investigaciones y auditorías del Sistema de Administración Tributaria (SAT), autoridad federal encargada de vigilar el correcto pago de los impuestos? ¿Qué es más sencillo: informar el número de viajes de la gobernadora fuera del estado, las fechas, los detalles...