"Actúa por Yucatán", aire fresco

Dulce María Sauri Riancho

El domingo pasado sucedió un hecho inédito en la política yucateca. Un centenar de personas, en su mayoría empresarios, decidieron unirse y expresar su voz en un desplegado suscrito por ellas y publicado en los medios de comunicación locales.

Su carácter extraordinario está en la forma de intervención: abierta, clara, nombres incluidos y planteamientos precisos en sus demandas. Este grupo se decidió a dejar atrás los conciliábulos desde los cuales se intentaba influir en los asuntos colectivos, sin dar la cara abiertamente ante la sociedad, y optó por la expresión pública de sus opiniones. El mero hecho representa el inicio de una "revolución cívica" en las actitudes tradicionales del empresariado yucateco ante los asuntos político-electorales.

El manifiesto va dirigido: A la Opinión Pública, a los Partidos Políticos, a las Organizaciones Cívicas, a todos los ciudadanos. En este llamado inicial, los únicos excluidos son los gobiernos en sus tres niveles: federal, estatal, municipal, al ser éstos los principales enjuiciados.

El cuerpo del desplegado abre con una inquietante pregunta: ¿Está la sociedad yucateca condenada? La cita que lo acompaña parece afirmar que sí al consignar que: "... cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio...", significa que el abismo social está cerca de nosotros.

Pero de inmediato exhorta: ¡Despierta, ciudadano!, para evitar la caída al precipicio de la indiferencia y el cinismo. Recuerda entonces que los ciudadanos tienen la obligación de involucrarse en la búsqueda del bienestar colectivo, que este empeño no es sólo tarea del gobierno.

Hace un crudo diagnóstico de la política en México y en Yucatán, al afirmar que la sociedad está secuestrada por la dictadura de los partidos políticos y plantear el choque que se da entre los intereses del gobierno y los de la sociedad: "... Nuestras leyes contemplan dos tipos de ciudadanos: los que estamos obligados a respetarlas y los gobernantes a quienes se les permite cometer toda clase de ilícitos sin castigo alguno...". Es decir, gobernantes a los cuales no se les reconoce el principio fundamental de legitimidad, indispensable para ostentar la representación de la sociedad, que han perdido por sus acciones como funcionarios.

Hace un recordatorio de una responsabilidad fundamental de la ciudadanía frente al gobierno que se conformó mediante su voto, al reiterar la intransferible obligación de vigilar y denunciar a los malos funcionarios. Pero urge a los ciudadanos a unirse para proteger de las represalias gubernamentales a quienes se decidieron a dar la cara, y cumplir lo que a su juicio, es un deber cívico intransferible e impostergable.

Como un inicio de solución a este conjunto de problemas, los firmantes del manifiesto proponen la participación ciudadana en la vida política mediante candidatos independientes de los partidos. No obstante, se reconoce la imposibilidad legal de postularlos directamente, al no haber concluido oportunamente la reforma electoral que los contempla, por lo que será necesario recurrir a los cuestionados partidos políticos, única vía para las candidaturas en 2012.

Este grupo define su misión a partir de la promoción, el aliento y apoyo a las candidaturas ciudadanas, interesando a los mejores hombres y mujeres a participar en la contienda electoral para ganar cargos de representación popular. Atrás subyace la revisión de la posible oferta de candidatos que harán los partidos para la contienda. A este grupo ciudadano no parece animarle aspirante alguno entre los que se mencionan para las candidaturas próximas, comenzando desde luego con la del gobierno del Estado.

Al mismo tiempo, expone una exigencia dirigida a las instituciones que por su naturaleza democrática son los contrapesos de la sociedad para evitar los excesos del poder público, como Ipepac, Inaip, Comisión de Derechos Humanos: que queden, "... tal y como fueron concebidas...", bajo el control de los ciudadanos y no sujetas a la voluntad de los partidos políticos. Otra interesante toma de posición respecto a la situación actual de estos organismos.

La invitación es abierta a toda la ciudadanía, para sumar a todos los que crean que hay que retornar el poder a los ciudadanos. Un papel destacado le otorgan a la generación de propuestas, planteamientos e ideas "... que todo aquel que aspire a ser representante popular deba cumplir...", para incorporar "... sin pretextos las propuestas ciudadanas y sea la sociedad la que vigile y exija su cumplimiento...".

No faltará quien de antemano descalifique este "manifiesto cívico", como los firmantes lo nombran, aduciendo varios argumentos que van desde su identificación con algún partido político opositor al gobierno (PAN), o que todo lo que acontece se debe a la proximidad de la contienda electoral. Quizá más lejos, alguno se atreva a afirmar que actúan por cuenta y orden de la oposición política local, en su afán de descarrilar el seguro triunfo del PRI para 2012.

El tiempo y la ciudadanía yucateca dirán cuán lejos y cuán fuerte incide esta propuesta, inédita en la vida política de nuestra entidad, tal vez del país. Por lo pronto, sienta un sano precedente: no más oscuridad, rumores y maniobras para buscar influir; no más críticas soterradas, murmuradas en las salas de las casas y en los cafés. ¡Bienvenida! Ventila el ambiente y mejora, de entrada, la calidad de la competencia próxima.- Mérida, Yucatán.

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