Entre la deuda y el presupuesto. ¿Y el informe?
Muy probablemente las explicaciones del secretario de Planeación buscan no sólo transparentar y reconocer estos problemas -al fin y al cabo él acaba de llegar al cargo- sino convencer a sus interlocutores empresariales de que el manejo financiero de esta administración ha sido prudente, que el nivel de endeudamiento es bajo comparado con el de otras entidades del país y que, por lo tanto, el gobierno del estado todavía puede contratar más créditos para los próximos doce meses sin comprometer el futuro de las finanzas públicas de Yucatán.
Ligados estrechamente a las cuestiones del endeudamiento y del pasado reciente se encuentran los criterios de política económica que habrán de regir la presentación de la iniciativa del presupuesto de egresos del estado para 2012. En principio no debería haber duda alguna: todos los recursos disponibles habrán de ser dedicados a concluir las obras en proceso y específicamente a consolidar la operación de los hospitales y centros de salud. No hay que olvidar que, para fines prácticos, este gobierno concluirá en junio de 2012, cuando el Ejecutivo rinda su último informe a unos días de las elecciones, cuando se decidirá quiénes gobernarán el país y Yucatán en los siguientes seis años.
Entre las explicaciones de la deuda de 2009 y del presupuesto de 2012, una vez más, silenciosamente, casi como pidiendo perdón por irrumpir en la fiesta con su rostro severo de las cifras y los indicadores, está el IV Informe de Gobierno. Sí, el de a de veras, el que de acuerdo con la Constitución de Yucatán debe rendir la titular del Ejecutivo el tercer domingo de octubre, en esta ocasión el 16. Lejos del jolgorio y el folclor de agosto, la cita constitucional anuncia que los mecanismos de fiscalización del Poder Legislativo se activan, los diputados preguntan, los funcionarios comparecen, la sociedad se entera y se interesa en el análisis de 12 meses de gobierno. Es la rendición de cuentas, la contraparte del ejercicio del poder público.
Poco de eso se logra. En nuestro estado, desde 2008, el informe constitucional perdió la partida con el denominado "Informe Ciudadano". No tiene el espacio en los medios de comunicación utilizados profusamente en agosto, ni transcurre ante políticos taquilleros y artistas de renombre ni cuenta con un performance que incluya la ruptura de flechas. Por el contrario, en una gris ceremonia disfrazada de sesión solemne, los 25 diputados recibirán el Informe de manos de un funcionario del Poder Ejecutivo. Después, el grado de interés ciudadano estará en función de la seriedad y profesionalismo con que los legisladores realicen su función fiscalizadora. Podemos adelantar que el interés, si lo hay, será mínimo. Pero el secretario de Planeación recién estrenado tiene la oportunidad de explicar con lenguaje llano y cifras ciertas a los legisladores y a los ciudadanos el estado que guarda la administración pública de la entidad en el último año que le corresponde al actual gobierno. Tal vez así sería menos difícil entender el asunto de los créditos y de la deuda, y las prioridades de la gobernadora para 2012.- Mérida, Yucatán.