Reelección consecutiva | Costos y beneficios

 

7 abril, 2021, 3:00 am

 

Nueve semanas median hasta el 2 de junio, miércoles, fecha del cierre de las campañas electorales recién iniciadas.

Abrieron en distintos momentos, de acuerdo con los calendarios locales, pero todas sin excepción finalizarán tres días antes de la jornada electoral del domingo 6 de junio. Me referiré a un aspecto singular de este proceso: la aplicación de la reelección consecutiva para todos los cargos legislativos y las presidencias municipales.

En 2014 se aprobó la reforma constitucional para autorizar la reelección consecutiva de legisladores y autoridades municipales. El principio que inspiró estos cambios —vigentes desde 1934 y por más de 80 años— está vinculado a la rendición de cuentas que hacen los representantes populares a su electorado al presentar su candidatura a la reelección.

El supuesto radica en que la aprobación se traducirá en votos a favor, y si son reprobados, perderán la elección. Impecable razonamiento que quedó parcialmente anulado cuando la reforma estableció algunos requisitos, como fue establecer la exclusividad de los partidos políticos para registrar las candidaturas a la reelección, por lo que es absolutamente posible que una/un diputado popular entre la ciudadanía pero incómodo para su dirigencia partidista, no sea “palomeado” para su reelección.

Con los pocos datos que se tienen, que provienen de la elección del 2018, primera ocasión en que se puso en práctica la reelección a nivel municipal y de diputados locales, no se puede deducir qué tanto acepta o rechaza la ciudadanía a quienes persiguen repetir inmediatamente.

Por ejemplo, en Yucatán sólo uno de los 25 diputados participó y ganó de nuevo (5º distrito, PAN). Hubo varios candidatos presidentes municipales, pero muy pocos lograron triunfar (Tekax fracasó; Chicxulub Pueblo ganó). Sin embargo, los ayuntamientos de las poblaciones más grandes (Mérida, Kanasín, Valladolid, Tizimín, entre otros), presentaron nuev@s candidat@s.

Ahora, en 2021, el panorama es distinto, pues además de los cargos locales, también estará en juego la posible reelección de diputad@s federales en funciones. Por primera vez, más de 200 diputad@s federales de la actual legislatura son también candidatos a la reelección consecutiva.

El grupo parlamentario mayoritario, Morena, postuló para reelegirse a más de la mitad de su bancada; en proporción menor, los demás grupos cuentan con candidat@s que, al menos en abril, tendrán que alternar sus actividades de campaña con el cumplimiento de sus tareas legislativas.

Vale la pena mencionar que no se cuenta aún con la legislación para normar y fiscalizar la reelección a cargos de elección popular. Para encauzar y ordenar la presente contienda, el Consejo General y los distintos órganos del INE tuvieron que llegar a acuerdos o dictar normas administrativas —con base en sus atribuciones legales.

En lo concerniente a la reelección de diputad@s federales, desde finales de año, los órganos de gobierno de la Cámara de Diputados y el Instituto Nacional Electoral convinimos en realizar un intercambio de información sobre los recursos disponibles por parte de quienes tienen la “doble cachucha”, de tal manera que se facilite la labor de fiscalización por parte del INE.

La exigencia de separarse del cargo mediante una licencia hubiera significado el desmantelamiento de la Cámara de Diputados antes de concluir su responsabilidad. Para esta legislatura era muy importante preservar el trabajo en esta recta final —apenas 23 días— de su último periodo ordinario, pues a partir del 1º de mayo actúa la Permanente y el 31 de agosto concluye la 64 Legislatura.

Otro aspecto pendiente de legislar tiene que ver con la real o supuesta “ventaja indebida” con que cuentan quienes aspiran a reelegirse, sea por el uso o abuso de los recursos públicos o por el mayor posicionamiento mediático que les confiere el cargo.

Aun pidiendo licencia para separarse de su responsabilidad, los cuestionamientos estarán a la orden del día, más si le sumamos la acelerada inauguración de obras y puesta en marcha de distintos servicios antes de comenzar la “veda electoral”.

Hay serias interrogantes sobre la reelección consecutiva. Algunas son de carácter procesal: ¿cómo cumplir con la responsabilidad para la cual fue electo/a y a la vez hacer campaña? ¿Cómo garantizar equidad en la contienda, l@s reeleccionistas frente a aquell@s candidatos de “primera vez”?

Sin duda, la experiencia de este proceso dejará elementos sólidos para realizar las reformas necesarias a la Ley electoral, de tal manera que, en 2024, no se vuelvan a vivir las prisas y la incertidumbre que ha rodeado la reelección de diputad@s federales. Más porque en tres años también las y los senadores podrán ser reelectos por otros seis años.

Sin embargo, existen otras preguntas de mayor profundidad. Atañen al principio mismo de la rendición de cuentas a la ciudadanía, inspirador de la reelección consecutiva.

En el caso de las y los legisladores, sería necesario considerar una vía alterna cuando por causa de tensiones políticas y participación partidista, alguien no sea considerad@ por su partido.

En ese caso, debería existir la posibilidad de que, previa recolección de un porcentaje de firmas de apoyo, la o el diputado pueda presentarse a la reelección. Una especie de candidatura “ciudadana”, independiente de los partidos políticos, levantando de esa manera la restricción actual.

Para el caso federal, la reelección consecutiva de legisladores, conforme se vaya afinando, podría modificar las relaciones entre el Ejecutivo y los integrantes de su grupo parlamentario o entre las dirigencias partidistas y sus respectivas fracciones parlamentarias, al fincar una alternativa a la subordinación que hoy existe.

Tomar las previsiones necesarias significa impulsar los cambios legislativos que remuevan obstáculos y, a la vez, prevenga conflictos.

Desconocemos aún la reacción ciudadana frente a la posibilidad de reelegir a quien los represente por otros tres años. Desfilarán promesas incumplidas, pero también habrá oportunidad de elegir a quien ya tiene experiencia, conoce los problemas y ha demostrado su capacidad para impulsar leyes y gestionar apoyos.

¿Qué pesará más en la balanza el 6 de junio? Los resultados nos lo dirán.— Ciudad de México.

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