Propuesta reducida | Yucatán en el Presupuesto 2021
El pasado 8 de septiembre el secretario de Hacienda (SHCP)
hizo llegar el “paquete económico” 2021 a la Cámara de Diputados.
Como presidenta, lo recibí y de inmediato turné a las
comisiones responsables de estudiarlo y elaborar los dictámenes correspondientes,
que se someterán a la aprobación del pleno.
No extraña que el gasto atraiga más opiniones y análisis que
el ingreso, reservado esencialmente a quienes pagan impuestos por sus
actividades económicas.
Sin embargo, aunque sea obvio, vale recordar que si no
hubiera recaudación suficiente, tampoco habría recursos para aplicar en los
distintos programas gubernamentales.
No sólo las y los legisladores comenzaron a estudiar los
extensos documentos, incluyendo a los pares del Senado que serán cámara revisora
en la Ley de Ingresos y la Miscelánea Fiscal. También lo hacen representantes
de distintos sectores productivos: campo, pesca, industria, turismo, energía,
entre otros; las instituciones vinculadas a la ciencia y la tecnología, así
como a la cultura.
Pero nadie más interesad@ —y preocupado— que las y los
gobernantes estatales y municipales. Saben bien que las participaciones
federales constituyen la base y el porcentaje más alto de los ingresos de su
estado; que en los distintos ramos vienen consideradas (o no) las inversiones y
gasto de la administración federal en sus entidades. Que los ingresos
municipales y la posibilidad de dar respuesta a las demandas de ciudadanos y
vecin@s, aun en el más modesto de los ayuntamientos, está sujeta al famoso 20%
que les corresponde de las participaciones estatales.
Que el ramo 33 —ya no el 23— es prácticamente el único canal
para fondear obras de infraestructura municipal ante las severas limitaciones
financieras de las arcas locales.
Nadie ignora que 2021 será un año difícil, pues apenas
emprenderemos la senda de la recuperación del crecimiento económico y del
empleo perdidos en 2020.
Como presidenta de la Cámara de Diputados, mi
responsabilidad radica en facilitar el trabajo legislativo, de tal manera que
las y los diputados de las comisiones dictaminadoras y en general, de tod@s
aquell@s que tengan planteamientos en relación con la iniciativa presidencial,
se expresen con libertad y que, al final, hablen los votos de la mayoría para
aprobar o desechar las propuestas.
Pero como diputada yucateca, me siento obligada a externar
varias preocupaciones sobre los recursos previstos para nuestra entidad en
2021. El crecimiento considerado de las participaciones es muy modesto —de
31,828 millones este año a 32,052 millones el próximo— tanto, que ni siquiera
cubre la inflación estimada de 3.8% al cierre del año. En buen castellano:
Yucatán percibirá menos dinero que en 2020.
No les agobio con el desglose de las tres partes que
corresponden a este vital rubro: sólo adelanto que, en la parte de Convenios,
se estima una contracción de 9.5%. Educación casi sale tablas, con 4% de
crecimiento y Salud, apenas 1.8%.
Para los 106 municipios yucatecos, dos de sus fondos
estrella: Fortamun e Infraestructura, aparentemente sólo reducen en 35 millones
los recursos disponibles (3,138 millones de pesos vs 3,103 millones), pero al
descontar la inflación, recibirán 4.7% menos, una cifra enorme frente a las
necesidades de su población.
Lo mismo pasa con el Fondo de Infraestructura estatal, con
una “pellizco” de 15 millones de pesos (de 1,095 millones a 1,080 millones),
pero con la inflación se cae 5.1%.
Una somera revisión por ramo presupuestal tampoco alienta
esperanzas de gasto para Yucatán. Agua dispondría de 22.3% menos; para el
Campo, sólo sobrevive Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria, es decir, el sistema
de vigilancia zoo y fitosanitaria que permite mantener la certificación de los
productos yucatecos que se exportan a distintas regiones del mundo. Aparecen en
CEROS todos los programas de apoyo a agricultores y ganaderos. Cultura tampoco
recibirá recursos federales por segundo año consecutivo.
Otro ramo otrora receptor de grandes inversiones,
Comunicaciones y Transportes, no registra fondos para los programas de
Reconstrucción y Conservación de Carreteras, ni para Construcción. El programa
de Conservación de Caminos Rurales no se salvó, tampoco Empleo Temporal,
asociado al primero. Hay una lucecita en un proyecto “APP” (Asociación Público-Privada)
para la Conservación de la carretera federal Campeche-Mérida por 637 millones
de pesos.
También habremos de considerar el gasto público federal
previsto para Yucatán en el presupuesto 2021. Crece en ¡14,600 millones de
pesos! Mi corazón dio un salto de alegría, que se moderó apenas registré que la
inversión en el Tren Maya concentra 12 mil millones de pesos y que CFE (parece
ser su gasto de operación en el estado), se lleva casi 2 mil millones de pesos
(1,933 millones).
No encontré el proyecto de la termoeléctrica Mérida IV,
comprometido por el Presidente de la República; pero sí hallé la reducción
drástica de la inversión de SCT en Yucatán (88%).
No puedo concluir este repaso somero sobre Yucatán en el PEF
2021 sin hacer notar que hace falta conocer la magnitud de los programas más
emblemáticos de Bienestar Social de esta administración, que son 100%
federales.
Me refiero concretamente a Pensión de Adult@s Mayores, Becas
Benito Juárez en sus distintas modalidades y niveles, Sembrando Vida, para las
y los campesinos; falta también Jóvenes Construyendo el Futuro.
Todos ellos transfieren dinero a miles de yucatec@s, pero
desconozco cuántos son, dónde están y desde luego el monto asignado para el
próximo año. Sería muy conveniente que hubiese una estrecha coordinación entre
los tres órdenes de gobierno con el propósito de evitar duplicaciones y, sobre
todo, dejar de considerar por deficiencias burocráticas a quienes los necesitan
y no han sido atendidos.
Somos 7 diputad@s federales: 2 mujeres y 5 hombres. Pertenecemos a cuatro grupos parlamentarios: 3 del PRI, 2 del PAN, 1 del Verde y 1 del partido gobernante, Morena. Si sobre las naturales diferencias partidistas unimos nuestras fuerzas con la de los 2 senadores, gobiernos municipales y del estado, podremos lograr presencia en el estudio y dictamen que habrán de realizar en la comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados. Mover las montañas comienza retirando piedras…— Ciudad de México.