Antes del inicio del tren
Qué nos da, qué nos quita?
08/07/2020
(*)
Han concluido los concursos y adjudicaciones de los
distintos tramos del Tren Maya (TM).
En medio de esta grave necesidad de empleo, se presenta su
construcción como la respuesta a la demanda de miles de personas de contar con
una fuente regular de ingresos para vivir.
Reitero mi opinión que esta obra pertenece a la visión
idílica del pasado que acompaña el pensamiento y las decisiones presidenciales,
cuando la llegada del ferrocarril significaba comunicación y prosperidad. Sin
embargo, contra viento, marea y amparos, el Tren va.
No faltan quienes opinan que, al igual que el puerto de
altura de Progreso, el TM es un proyecto útil, pero incomprendido por un sector
de la población que se opone sistemáticamente a toda inversión gubernamental.
Pero hay entre ambos proyectos varias y notables
diferencias. La primera, de gran relevancia, es que la idea de prolongar el
viaducto de 1 km del muelle “nuevo” (así lo conocíamos en mi infancia) y
construir una terminal mar adentro, tuvo un origen local. Ante las manifiestas
insuficiencias de las instalaciones portuarias de Progreso, el gobernador
Víctor Cervera enfocó su legendaria energía en lograr que la federación se
comprometiera a financiar su ampliación y modernización.
Corría 1984 cuando Cervera concibió el proyecto: a fines de
ese año lo anunció como parte de la solución para dinamizar la economía
yucateca que languidecía tanto como su principal producto: el henequén.
No eran buenos tiempos presupuestales para el gobierno
federal; aun así, Cervera logró introducir en su presupuesto recursos para
iniciar la construcción. Sagaz, comenzó por el final —la plataforma— ubicada a
7 km de la costa. Largas hileras de chalanas se turnaban para “tirar” la piedra
extraída de bancos de materiales ubicados en el mismo municipio progreseño.
Lentamente, a golpes de audacia, se acumulaba la cantidad necesaria de piedra
para bosquejar y luego consolidar el viaducto que habría de enlazar a “Isla
Cervera” con la costa.
Finalmente, en octubre de 1989 fueron inauguradas las nuevas
instalaciones, cuando Miguel de la Madrid ya no era presidente, ni Víctor
Cervera gobernador.
En cambio, el Tren Maya es un proyecto 100% federal; incluso
se puede considerar que se impone a pesar de justificadas resistencias locales
de todo tipo: campesinos, ambientalistas, comunidades mayas, empresari@s,
académicos, etc. “De lo perdido, lo que aparezca”, dice el refrán.
Y del Tren Maya podría surgir una mejor conectividad
ferroviaria hacia el centro y norte del país, anhelo largamente perseguido por
las empresas yucatecas. Sin embargo, otro refrán popular acrecienta las dudas:
“no todo lo que reluce es oro”. Y se aplica muy bien en este caso.
Van algunas preguntas sobre el futuro inmediato, es decir,
¿qué pasará mientras se realizan las obras de nueva cimentación, sustitución de
durmientes y vías en la ruta ferroviaria Mérida-Coatzacoalcos? Porque del
actual Ferrocarril Chiapas-Mayab (así se llama el antiguo Ferrocarriles Unidos
de Yucatán) sólo quedará el derecho de vía. Todo los demás será nuevo para que
permita sostener la velocidad y el peso de un tren que viaja a un promedio de
160 km/hora.
Cuando comience la obra, levantarán vías y durmientes,
escarbarán y volverán a rellenar; es decir, sustituirán todo. (Entre
paréntesis: durante el sexenio pasado se invirtieron más de 7 mil millones de
pesos en la rehabilitación de la ruta Coatzacoalcos-Izamal que, con esta obra,
irán literalmente a la basura).
Si la construcción del puerto no se hubiese concluido, no
habría más consecuencias que las ilusiones perdidas y algunos millones gastados
para convertir Isla Cervera en un nuevo arrecife. No es el caso del Tren Maya.
Si la obra se interrumpiera, tendría consecuencias muy serias para la economía
de Yucatán.
Cuando se construyeron las instalaciones del puerto de
altura, el tráfico portuario y las operaciones de su terminal se mantuvieron.
En el caso del TM no será así. ¿Cuánto tiempo estima el gobierno que durará la
interrupción del servicio ferroviario: uno, dos o más años?
Igual de preocupante es la noticia respecto a la asociación
entre ICA —concesionaria de la autopista Kantunil-Cancún-Playa del Carmen—,
para que en el derecho de vía de su concesión se construya el tramo ferroviario
Mérida-Cancún (1).
Inicialmente me imaginé que el ferrocarril ocuparía el
camellón central, el que divide los dos cuerpos de la supercarretera,
lamentando los árboles que talarían para despejar la ruta. Resulta que no es
así: que tomarán uno de los dos cuerpos de la autopista para volverlo vía
ferroviaria, en tanto que ICA se compromete a construir un nuevo cuerpo que
sustituya al transferido al Tren Maya. Perdónenme la suspicacia: ¿qué sucederá
cuando, de un plumazo, nos regresen 30 años atrás, a una carretera de un solo
carril como las de antaño, donde los accidentes eran frecuentes, en tanto que
la empresa cumple su compromiso de reposición?
¿Y si ICA decide que el aforo vehicular es insuficiente para
una vía tal como la conocemos, y “arma” un tercer carril, el que se utiliza
para alternar los rebases? ¿No está así, ahora mismo, el tramo de Tintal a
Playa del Carmen?
Hay muchas otras dudas. Las vías del Tren Maya, ¿serán compatibles
con las del centro del país? ¿O regresaremos a 1950, cuando el presidente
Alemán inauguró el ferrocarril Mérida-Coatzacoalcos, con un “pequeño detalle”:
en Campeche había que hacer trasbordo al ferrocarril de vía ancha… Esta
situación se prolongó hasta 1958, cuando, finalmente, Yucatán contó con
comunicación ferroviaria fluida hacia el centro del país.
Las autoridades federales y las estatales, en especial el
gobernador Mauricio Vila, tendrían que responder a estas preguntas antes de que
comiencen las obras. Deben aclarar las dudas y despejar la incertidumbre en
torno a la suspensión parcial o total del servicio ferroviario y las
características que tendrá la autopista a Cancún.
Respecto al túnel de 4 km para llegar hasta La Plancha,
“Cristóbal” se encargó de poner en su lugar a los arrogantes funcionarios del
gobierno federal que se negaban a escuchar las “miopes” objeciones de l@s
meridan@s.
Allí está el paso “deprimido”, todavía inundado, escandaloso
testigo de cargo contra quienes decidieron agredir a la naturaleza y a su manto
freático.— Mérida, Yucatán.
___________
1) “El cuarto tramo del Tren Maya fue adjudicado
directamente a ICA, empresa que detenta el derecho de vía de la carretera
Kantunil-Cancún, autopista que es paralela al trazo del proyecto ferroviario”.
https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/amlo-da-banderazo-de-inicio-de-obra-del-tren-maya-con-tramo-4-izamal-cancun
Consulta: 6 julio 2020.