Presupuesto de Egresos 2019: Votación en contra


Dulce María Sauri Riancho
El Presupuesto de Egresos de la Federación fue aprobado a las 4 de la mañana del 24 de diciembre. Está muy lejos de ser un regalo navideño; por el contrario, tendió un manto de incertidumbre en miles de lugares, en distintos grupos sociales y entre personas, desde gobernador@s hasta modestas autoridades municipales. La zozobra también es compartida por las familias de cientos de miles de trabajadores federales, comúnmente llamados burócratas, que registran amenazas ya cumplidas de despidos bajo el pretexto de la austeridad. Los tiempos y procedimientos parlamentarios no me permitieron expresar desde la tribuna las razones para votar en contra del Presupuesto. Quiero compartirles, amig@s lectores, lo que había preparado.
Estoy en contra porque:

1.— Es un presupuesto obscuro y centralizador. Sólo importa lo que diga la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Ninguna otra dependencia puede elevar su voz, ni siquiera la otrora poderosa Secretaría de Gobernación. Es un presupuesto opaco, que cuidadosamente elimina cualquier requisito que implique reglas de operación para entrar al reino de la discrecionalidad en las asignaciones presupuestales. Quitan las reglas que deben normar a todos aquellos proyectos que no cuenten con registro en la cartera de inversión, que son, por mera coincidencia, las obsesiones del presidente: el Tren Maya, el Trans-Istmíco y la Refinería Dos Bocas. Elaboran sus propios padrones de beneficiarios, con activistas de Morena, haciendo a un lado el trabajo vigilado y auditado de programas como Pensiones a Adultos Mayores y Prospera, que derivará en un nuevo programa, sólo con lineamientos, sin regla alguna que impida la desviación o el sesgo partidista.

2.— Es un presupuesto anti-federalista. Estados y municipios, gobernadores y gobernadoras, autoridades municipales, fueron olímpicamente ignorados. Esa visión centralista que caracteriza al nuevo gobierno borró o redujo a su mínima expresión las aportaciones federales para la ejecución de proyectos. Adiós a las iniciativas estatales que requieren apoyos federales para la realización de obras consideradas como prioritarias. Sólo se conserva aquello que el gobierno federal dice que es bueno; no se escucha a los estados, mucho menos a los municipios. Incluso, la Ciudad de México perdió su fondo de Capitalidad.

3.— Es un presupuesto ignorante de las necesidades de la población vulnerable. Adiós a los comedores comunitarios. Recorte a la mitad del presupuesto a las estancias infantiles. Reducción de transferencias a las más de 6 millones de familias beneficiarias de Prospera, sobre las que penderá la amenaza de realización de un nuevo padrón del cual pueden ser excluidas por razones partidistas o simplemente por ignorancia. A las personas con discapacidad, cierto que se prevé darles una beca, pero de supervivencia, porque los programas de Inclusión —educación, salud, movilidad— simplemente quedaron cancelados o sus recursos seriamente menguados.

4.— El engaño. Existe otro argumento para votar en contra, penoso y a la vez doloroso para la Cámara de Diputados. Me refiero a la estrategia seguida por la mayoría de Morena representada en la Comisión de Presupuesto. Fue la estrategia “Venid a mí”.

La Cámara de Diputados recibió 59,290 solicitudes de obra por un monto de 904 mil 300 millones de pesos. Esta cantidad representa el 15% del total estimado del PEF. Tras el elevado número, está la expectativa de millones de personas representadas por alcaldes, síndicos, organizaciones sociales, autoridades locales que durante dos semanas acudieron en peregrinación a San Lázaro para conseguir que sus demandas fueran consideradas y atendidas. El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF 2019) los ignoró.

Peticiones

Existe una grave responsabilidad de la Cámara de Diputados, pero especialmente de la mayoría, porque fueron ellos quienes a través de distintos personeros en los estados (entre otros, los recién estrenados súper-delegados) invitaron y alentaron a las autoridades locales a traer sus peticiones, formato de presentación incluido. En papel o en el paroxismo de la modernidad, en USB, todas las solicitudes, menos una, fueron tiradas a la basura. A partir de ayer (25 de diciembre), en todo el país, hasta los municipios más remotos y pequeños, se sabrá que les fallamos, que no tuvimos capacidad para distinguir lo podrido de lo sano; los “moches” de las necesidades. Si de combatir la corrupción se trataba, bien podrían haber establecido mecanismos de control más estrictos para poder recibir los recursos. Optaron por eliminar los programas y condenar a las autoridades —especialmente a las municipales— a retroceder hasta la década de 1970.

Cierto que hubo algunos cambios, como el restablecimiento de los recursos presupuestales para dos programas emblemáticos dedicados al combate de la violencia hacia las mujeres; o la recuperación del presupuesto de las universidades públicas al nivel del año que finaliza. Pero no se quiso responder a millones de campesinos y productores rurales, ya que los incrementos apenas resarcen los brutales ajustes. El PEF 2019 crece: son 5 billones 838 mil millones en números redondos. Pero lo hace para incluir los paquidérmicos e indefinidos proyectos de la nueva administración, como Jóvenes construyendo Futuro (más conocido como los nini), Sembrando Vida (árboles frutales y maderables), o duplicar la pensión de sobrevivencia a los adultos mayores. Como no hay reglas ni padrones de beneficiarios, muy probablemente les sobrará dinero, salvo que se pongan en las plazas públicas a repartirlo como si fueran volantes. El riesgo del despilfarro está latente. Y el populismo en su expresión demagógica, también. Vamos a ver cómo la administración de la 4T respeta los controles para el ejercicio del gasto: informes, auditorías, evaluaciones.

Condolencias. El trágico fallecimiento de la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso, y su esposo, Rafael Moreno Valle, duele a todo el país, pero especialmente a las mujeres políticas, que presenciamos su lucha por triunfar y que el resultado fuera reconocido por los tribunales electorales. Diez días después, murió la novena mujer elegida para gobernar una entidad federativa. Descanse en paz.

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