Reelección y paridad. Las cartas del PRI
Dulce María Sauri Riancho
“Muestra
cartas el PRI”, así destacan las ocho columnas del Diario del lunes pasado el
registro de l@s precandidat@s de esta organización. El análisis de la
información presentada hace apenas unos días permite aproximarnos a dos
importantes cuestiones, nuevas en nuestro escenario político: la reelección y
la paridad de género.
La
reelección. Es la primera ocasión en que los presidentes municipales y
diputados locales de Yucatán pueden ser postulados consecutivamente para el
mismo cargo. Pero, ¡oh, sorpresa! El PRI no hizo uso de la prerrogativa de
reelegir a sus actuales representantes. De 69 municipios que gobierna sólo en
seis (Chicxulub Pueblo, Sucilá, Tekantó, Tixméhuac, Tzucacab y Yaxcabá)
repetirán como candidatos los actuales alcaldes. La situación es aún más aguda
en el caso de sus actuales diputados, 13 (siete mujeres y seis varones), puesto
que ninguno será postulado nuevamente. Algunos de ellos continúan como
aspirantes a un cargo de representación federal u optaron por convertirse en
candidatos a algún ayuntamiento. Los datos del PRI generan muchas preguntas
sobre la reelección. ¿Cambiará la percepción ciudadana sobre la movilidad
política trianual como algo necesario para mantener la convivencia comunitaria?
¿Prevalecerán los argumentos a favor de un gobierno municipal que cuente con
más tiempo para desarrollar sus programas y realizar sus obras? También
tendremos que observar si algunos de los actuales alcaldes, “despechados” por
no haber sido considerados por su partido, deciden trabajar por los candidatos
opositores bajo el lema: “Si no es para mí, no será para otro.
Paridad
de género en las candidaturas. El PRI hizo un esfuerzo muy grande para
satisfacer el mandato legal de postular igual número de mujeres que de hombres
al frente de las planillas de los ayuntamientos. Casi lo logra, pero al PRI
todavía le faltan siete municipios con cabeza femenina, pues de acuerdo con el
listado dado a conocer el domingo pasado, tiene 46 precandidatas, cuando deberá
registrar 53, la mitad de los 106 ayuntamientos del Estado. El lío se complica
cuando se observa que tan sólo restan por definir cinco municipios, lo que
significa que aún en el caso de que en todos ellos surgieran candidaturas
femeninas todavía le harían falta dos más.
En
cantidad, el PRI casi cumple, no así en la importancia poblacional de los
ayuntamientos para los que postulará mujeres. De los 27 municipios con más de
10,000 habitantes, el PRI sólo presentó precandidatas en cuatro: Progreso,
Umán, Maxcanú y Temozón. Ellas tendrán la misión de recuperar para su partido
las alcaldías, actualmente en manos de Nueva Alianza (Progreso y Temozón), PAN
(Umán) y Verde (Maxcanú). En el mismo tenor de las ausencias: en ninguno de los
12 que actualmente gobierna, el PRI presentará a una mujer candidata a la
alcaldía. La mayoría de las precandidatas priístas se ubican en municipios de
menos de 10,000 habitantes. Como el tamaño de los cabildos está en función de
la población, los más pequeños tienen sólo cinco regidores, tres de mayoría y
dos de representación proporcional: allá es donde aspiran a gobernar mujeres.
Los más grandes, de más de 10,000 habitantes, cuyos ayuntamientos tienen ocho y
11 regidores, quedan aún reservados a los aspirantes hombres, incluyendo Mérida
y sus 19 integrantes del cabildo. Tal parece que el estereotipo sobre las
capacidades femeninas para la conducción de los asuntos públicos asoma su fea
cabeza en cuanto puede.
La
distribución municipal por distritos electorales locales también muestra lo
mucho que resta por avanzar en Yucatán para una efectiva aplicación del
principio de paridad. En dos distritos, el XI (cabecera Valladolid, siete
municipios) y el XII (cabecera Tekax, ocho municipios), hasta el momento hay
cero candidaturas de mujeres a los ayuntamientos que lo componen. Sin embargo,
cabe destacar que en los dos distritos aludidos el PRI presentará mujeres
candidatas a diputadas. Menos mal.
Respecto
al Congreso del Estado, de 15 candidaturas, ocho corresponderán a mujeres y
siete a hombres. Así sucedió en 2015, cuando sólo perdieron dos —una mujer, V
distrito, y un hombre, IV—, ambos de Mérida, por lo que el PRI aportó casi la
totalidad de la representación femenina en la actual legislatura. En 2018, tres
hombres y tres mujeres competirán por el PRI en los seis distritos de la capital
del estado. Desde hace muchos años Mérida es de alta dificultad electoral para
el partido en el gobierno del Estado. Este año no será la excepción. Hace tres
el PRI se impuso en cuatro de los seis distritos de la capital. En esta
ocasión, dos de las tres mujeres fueron postuladas en distritos ganados por el
PAN (IV y V), pero no olvidemos que aquí ni el PRI ni el PAN tienen escriturado
ningún espacio, que cualquiera de los dos puede imponerse, como lo hemos visto
elección tras elección. De los nueve distritos del interior del Estado, todos
ganados por el PRI hace tres años, en cinco habrá mujeres candidatas y cuatro
estarán reservados para los hombres.
Las
candidaturas priístas han demostrado que sí se puede cumplir el principio de
paridad. Este proceso también ha hecho patente la resistencia de una cultura
patriarcal que se niega a reconocer el derecho a la participación política de
las mujeres en condiciones de igualdad. Quienes estamos convencido/as de que
las candidaturas paritarias sólo son el primer paso podemos decir que estaremos
atentas a cómo lo darán las otras organizaciones políticas. Haremos balance
crítico, única manera de avanzar por la empinada senda de la Igualdad.— Mérida,
Yucatán.