Carambola electoral. Partidos y coaliciones
Dulce María Sauri Riancho
Carambola a tres bandas, así
parece jugarse la política en estos días. Una bola roja y dos blancas. La bola
del jugador en turno debe tocar una de las bolas, ya sea la roja o la blanca
del contrario, y tres bandas, antes de que toque la esfera restante. Suena tan
complicado como las determinaciones que están asumiendo los partidos para
aprestarse a la competencia electoral del 1 de julio.
Subrayo las fechas próximas. El 14
de diciembre los partidos iniciarán sus precampañas y las coaliciones tendrán
que solicitar su registro. Si los partidos inscriben una precandidatura única
ante el INE, no podrán hacer uso de los spots de radio y televisión con el
nombre y rostro de quien será su abanderad@, aunque el partido político podrá
usar sus tiempos en los medios electrónicos para lo que se conoce como
“mensajes genéricos”. El 11 de febrero, día de la Virgen de Lourdes, concluirán
las actividades de ese primer tramo de proselitismo interno. Con sólo un
paréntesis, para que los postulados rindan protesta, entrarán todos ellos en un
periodo de silencio que se deberá de prolongar hasta el 30 de marzo. Ese día,
Viernes Santo, darán inicio formal las campañas de proselitismo, que se
prolongarán tres meses, hasta el 27 de junio.
Primera banda: candidatura
presidencial. Hagamos un breve repaso a los procesos partidistas. Por Morena,
Andrés Manuel López Obrador ya ha anunciado su inscripción como precandidato el
12 de diciembre, día consagrado a la Virgen de Guadalupe. No sé cómo procesará
la mayoría católica el intento de capitalizar políticamente esa fecha tan
significativa. Tal vez Morena decida inscribir un “sparring” para simular una
competencia interna. De esa forma, AMLO podría utilizar sin restricción alguna
los tiempos de radio y televisión que le corresponden a su partido, como lo ha
hecho en los últimos seis años.
El PRI emitió su convocatoria el
pasado 23 de noviembre. En la Asamblea de agosto pasado se definió abrir las
candidaturas priístas a la presidencia de la república no sólo a los
militantes, sino también a los simpatizantes. Antes del jueves 30, el ciudadano
que quiera participar por esta vía, tendrá que pedir la autorización de la Comisión
Política Permanente del partido. De esta manera quedará en condiciones de
inscribirse, mientras que los militantes interesados tendrán de plazo para el
registro hasta el próximo domingo. La mazorca priísta ya comenzó a desgranarse,
pues uno de los más serios aspirantes, José Antonio Meade, simpatizante
ciudadano, el lunes se separó de su cargo de secretario de Hacienda para
inscribirse.
Segunda banda: alianzas e
independientes. En el Frente Ciudadano, conformado por el PAN, PRD y Movimiento
Ciudadano, todavía no le encuentran la cuadratura al círculo. Lograron
registrar su “acta de intención matrimonial” ante el INE; incluso, en días
pasados dieron a conocer su propuesta de programa conjunto. Pero han topado con
pared cuando se trata de la definición de su candidato presidencial. El PAN
considera que la candidatura le corresponde, por ser la mayor fuerza electoral
de las tres. Y nadie mejor –según ellos- que Ricardo Anaya, su presidente. El
PRD no está de acuerdo, en especial su principal activo, el jefe de gobierno de
la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, quien ha señalado que si no se
garantizan condiciones equitativas para la definición, no participará. No es la
única amenaza que se cierne sobre esta coalición electoral. En Jalisco,
principal bastión de Movimiento Ciudadano, su estrella, el alcalde de
Guadalajara “ya pintó su raya”, al señalar que irá solo en la búsqueda de la
gubernatura. En Yucatán y Morelos, ambas entidades con elección de gobernador,
también hace agua el Frente. En nuestra tierra, porque el PRD local se niega a
desdibujarse frente a un PAN que en otras ocasiones, como en 2001, les ofreció
todo, pero llegado al gobierno, “si te vi, no me acuerdo”. En Morelos, los
panistas no quieren apoyar al aspirante perredista, hijastro del gobernador,
por considerarlo pésimo candidato. ¿Sobrevivirá el Frente? Antes del 14 de
diciembre deben inscribir formalmente su convenio de coalición, que incluye el
método que aplicarán para la selección de su candidato presidencial. Si no lo
logran, irán por separado a la contienda.
Falta todavía observar las
determinaciones de los partidos electoralmente más pequeños, respecto a las
alianzas con otras fuerzas políticas. En tanto, los candidatos independientes
de los tradicionales partidos políticos, continúan su labor de recolección de
firmas de apoyo. Cuántos y quiénes lograrán culminar la colosal tarea, está por
verse. Seguro sobrarán los dedos de una mano para contarlos.
Tercera banda. En el xtokoy-solar
también se dan jugadas de carambola. El “destape” de Cecilia Patrón, arropada
por funcionarios panistas del actual Ayuntamiento, deja ver que Mauricio Vila
no irá por la reelección, sino que será candidato del PAN al gobierno del
Estado. La silla de Mérida quedará vacante. Siendo la joya de la corona panista
habrá sin duda una intensa disputa por ella; no bastará la simpatía del
presidente municipal saliente para lograr la ansiada candidatura. Otros actores
políticos del PAN se aprestan a defender lo que consideran “su” territorio.
Mientras, el PRI sigue velando sus armas; en los próximos días, quizá horas,
saldrá su convocatoria para el registro de aspirantes a gobernador, una vez que
haya quedado definida la precandidatura presidencial. Con la salida de Vila se
le abre al PRI una gran oportunidad en Mérida. En 2015 ganó las dos
diputaciones federales y la mayoría de los distritos locales. Un buen
precedente para lo que viene. Ojalá que así se entienda y se sepa aprovechar, a
pesar de que el fantasma de 2010 aún ronda las urnas de la capital.
Carambola política jugada con más
de tres bolas. Pueden rebotar en la banda del Congreso de la Unión, si su
presidente emprende viaje hacia la candidatura a gobernador de Yucatán. Puede
proyectarse sobre la Secretaría de Educación Pública, si su aguerrido
secretario se va, como se rumora, a coordinar la campaña presidencial del PRI.
Puede extenderse a la ciudad de México, si el jefe de gobierno se separa de su
cargo para ser candidato del PRD. Y si José Antonio Meade es candidato del PRI
a la presidencia de la república sin ser militante del partido, será el más
ciudadano de todos los que hasta ahora se han presentado. Suena bien.