Resistencias al cambio. Taxistas y Uber
Dulce María Sauri Riancho
Ayer. A principios del siglo XIX,
en Inglaterra se aceleró la difusión de los telares mecánicos, que venían a
sustituir las viejas prácticas de elaboración manual de telas y tejidos, a
cargo hasta entonces de los poderosos gremios de artesanos. Viendo amenazada su
fuente de trabajo por los modernos equipos fabriles, los artesanos respondieron
destruyendo las máquinas, a las cuales atribuían sus desgracias, las que, por
si no fuera poco, requerían trabajadores con poca experiencia y calificación, a
los que se les pagaban salarios más bajos. Así surgió el “ludismo”, como un
movimiento social de resistencia ante la modernización, en que los métodos
violentos para combatir el progreso fueron pronto rebasados por la realidad
impuesta de los telares e hilados industriales.
Hoy. Inspectores de la Dirección
de Transporte del Estado detuvieron con lujo de violencia a un chofer de Uber
(José Ezequiel Dzib Figueroa), acusándolo de prestar un servicio “pirata”.
Alertado el dueño del vehículo (Erick Casares), “se negó a firmar el acta
argumentando que era una maniobra intimidatoria, ya que el vehículo no fue
detenido en un retén”.
La nota del Diario del martes 20
consigna también que al lugar de los hechos “se presentaron unos 15 choferes de
Uber, quienes impidieron que una grúa de la SSP se llevara el vehículo al
corralón”.
Hoy. La madrugada del jueves
pasado, Carlos Orlando Ramírez Cabrera, chofer de Uber de 60 años, fue
salvajemente agredido por dos supuestos pasajeros que le habían solicitado un
servicio de traslado en el sur de la ciudad. Golpeado hasta dejarlo
inconsciente, a punto de morir quemado por el fuego provocado por los agresores
para destruir su unidad, fue rescatado por un grupo de valerosos vecinos de San
José Tecoh, quienes alertados por los gritos y el olor salieron de sus casas
para librarlo de una muerte segura.
En una rápida reacción, ayudados
por la información que se proporciona al concertar un servicio de Uber
(exclusivamente con tarjetas bancarias y cuenta establecida en la aplicación),
las autoridades identificaron y detuvieron a dos presuntos responsables, ambos
choferes pertenecientes a organizaciones de taxistas de la localidad.
En días previos, con las siglas
del Frente Único de Trabajadores del Volante (FUTV) se inició la difusión de un
vídeo en el que advierten a choferes de Uber de posibles represalias en su
contra si no se retiran.
En el transcurso de la semana se
han realizado manifestaciones a favor de Uber, de denuncia frente a la
violencia que han padecido y solidaridad con sus conductores. Pero también las
organizaciones de taxistas convocaron a un paro peninsular de todas sus
unidades, incluyendo las “combis” de servicio foráneo, contra esta moderna
aplicación, para aumentar la presión sobre las autoridades hasta lograr la
definitiva prohibición de su acérrimo rival.
Mañana. La compañía Uber, en
Pittsburg, Estados Unidos, recibió autorización este mes de septiembre para
transportar pasajeros en vehículos sin conductor, es decir, vehículos manejados
por máquinas en lugar de por seres humanos.
En una cerrada competencia,
Google, Apple y el propio Uber se han aliado con fabricantes de automóviles
para diseñar y fabricar los vehículos del futuro.
La administración del presidente
Obama ha emprendido un ambicioso programa para el desarrollo de las
aplicaciones digitales en el sector del transporte terrestre, estimulando y a
la vez estableciendo las reglas para garantizar la seguridad de las personas
usuarias de esta nueva modalidad de traslado.
No estamos hablando de ciencia
ficción, sino de una realidad muy próxima, que puede impactar en forma
significativa la organización del servicio de transporte. En ese escenario, los
choferes de taxi y conductores de Uber serán desplazados irremediablemente.
Como otras grandes
transformaciones, no sucederá de la noche a la mañana. Como ocurrió en el
pasado con los carruajes tirados por caballos y su sustitución por automóviles,
el cambio será gradual, al paso de los años y del desarrollo de la tecnología a
precios accesibles para la mayoría. (¿Quién será el fabricante del Ford T de
los autos sin conductor?).
Las urgencias del presente.
Mientras nos llega el futuro, es vital atender y solucionar la violencia que se
ha presentado en el servicio de traslado particular de pasajeros.
Las organizaciones de taxistas,
reconociendo que Uber y otras plataformas tecnológicas llegaron para quedarse.
Que su actuación como “ludistas” del siglo XXI, destruyendo vehículos como
otrora lo hicieran sus antepasados con las máquinas de hilados, está sancionado
por la ley y tiene un amplio rechazo por parte de la sociedad.
Reconozco que no es fácil aceptar
el final del monopolio y dar la bienvenida a la competencia, más cuando sus
reglas de operación son diferentes de las propias: ni pagaron por las placas,
ni tienen obligación de cuota mensual a la organización.
Sin embargo, a los choferes de
taxi y a los conductores de Uber los hermanan los “martillos”. Así como la
mayoría de los taxistas no son dueños de la unidad que conducen, tampoco lo son
en Uber, pues en los dos casos comentados líneas arriba se registran distintos
propietarios afectados, dueños de los vehículos. Otra cuestión a aclarar: la
cobertura de los seguros contratados por los dueños de los vehículos, para
amparar situaciones como la que lamentablemente se presentó con el señor
Ramírez o que eventualmente suceda a un pasajero involucrado en un accidente de
tránsito. El puente entre el presente de conflictos y el futuro del vehículo
sin conductor puede ser tendido cuando se pone por delante el objetivo de la
seguridad de los ciudadanos y la disposición de medios a menor costo para su
transporte. Aquí no hay de otra: es obligación de las autoridades establecer
las reglas, conocidas, entendidas y aplicadas por todos los sectores
involucrados.