Los cambios en el gabinete
Dulce María Sauri Riancho
(Publicado el 4 de marzo en el Diario de Yucatán)
Sucedió lo que distintos observadores
de la política pronosticaban que iba a ocurrir desde hace varios meses. El
presidente Peña Nieto realizó los primeros cambios en su gabinete: la Sedatu y
la PGR. El relevo en la Procuraduría General de la República ha sido de gran
complejidad desde hace años. Fue la primera dependencia de la administración
pública federal que estuvo bajo la responsabilidad de un militante de la
oposición al partido en el gobierno, en ese caso el PRI, cuando el presidente
Ernesto Zedillo nombró a Antonio Lozano Gracia, destacado panista, al iniciar
su mandato en 1994.
Jesús Murillo le devolvió seriedad a la
PGR. Se acabaron los excesos mediáticos, la exhibición de los capos -o de sus
cadáveres- con afanes propagandísticos. Se logró negociar con el Congreso de la
Unión el nuevo Código Nacional de Procedimientos Penales, que permite la
homogeneización en todo el país de los pasos legales necesarios para aplicar
justicia, bien sea en el ámbito federal o de los estados. Ayotzinapa fue el
rayo que violentó la atmósfera de reformas que vivía la institución. Las
millones de voces levantadas exigiendo justicia reclamaban una investigación
apegada rigurosamente a la legalidad y la utilización de métodos científicos y
sofisticados para alcanzar resultados técnicamente sólidos. Así se trató de
hacer, pero el ambiente de incredulidad que embarga a la sociedad mexicana hizo
imposible que fueran aceptadas las pruebas recabadas de la artera ejecución de
los jóvenes normalistas. Pienso que Jesús Murillo se fue con la enorme espina
de no haber podido convencer a un amplio sector de la sociedad que continúa
preguntándose sobre lo “realmente” sucedido en Iguala.
Algunos comentaristas han intentado
minimizar la importancia administrativa y política de la Sedatu, nueva
responsabilidad del ex procurador, haciendo a un lado precisamente el conjunto
de atribuciones que le concede la ley orgánica de la administración pública
federal, que la obliga a participar en forma sustantiva en el diseño y
ejecución de las políticas públicas en materia de vivienda, así como la
ocupación sustentable del espacio urbano y el mejoramiento de la calidad de
vida de las personas en todo el territorio nacional. Murillo Karam tiene
experiencia como organizador de instituciones, pues tuvo a su cargo la
complicada tarea de armar la subsecretaría de Seguridad, ahora en Gobernación,
y crear la policía federal. Además, como gobernador de Hidalgo, impulsó
programas innovadores en la materia propia de la Sedatu. Su experiencia como
oficial mayor de la SRA, cuando la encabezó Víctor Cervera en 1989, también le
será muy útil para intervenir en los problemas de tenencia de la tierra, que
con Procede o no, subsisten en algunas partes del país.
Arely Gómez González fue designada por
el presidente de la república como nueva titular de la PGR. Es quizá el último
nombramiento sujeto a las reglas todavía vigentes que requiere la ratificación
del Senado. A finales de 2013, en el marco de la reforma político electoral se
estableció la Fiscalía General de la República, como un órgano constitucional
autónomo. Pero hay un requisito establecido en el artículo décimo sexto
transitorio de dicha reforma, el cual exige que entre en vigor “… en la misma
fecha que lo hagan las normas secundarias que expida el Congreso de la Unión…”,
que son varias y muy complejas. Es tan importante la autonomía constitucional
de la Fiscalía General de la República, que el mismo transitorio establece un
requisito inédito: la exigencia de una declaratoria expresa de entrada en vigor
de su autonomía por parte del Congreso de la Unión, es decir, de ambas cámaras,
a diferencia de todos los demás cuerpos normativos que cobran vigencia al
publicarse en el Diario Oficial de la Federación.
¿Será Arely Gómez González, nieta de
Salomón González Blanco, gobernador de Chiapas y legendario secretario del
Trabajo y Previsión Social con tres presidentes de la república (1957-1970),
procuradora? ¿Será la hermana del vicepresidente de Noticias de Televisa,
Leopoldo, la primera fiscal general por nueve años, como lo establecen las
nuevas reglas? Creo que Arely Gómez será ratificada sin contratiempo alguno por
quienes hasta la semana pasada eran sus compañeros de escaño. Goza de buena
reputación como legisladora seria y entregada a su trabajo, aún dentro de las
bancadas de la oposición. Veremos si su experiencia en el Poder Judicial federal,
donde fue secretaria de Estudio y Cuenta del ministro Mariano Azuela,
presidente de la Suprema Corte, es suficiente. O si su paso por la Fiscalía
Especializada en Delitos Electorales (Fepade), de 2006 a 2010, embarneció su
conocimiento sobre la procuración de justicia.
El camino hacia la Fiscalía General,
sin embargo, no lo veo tan llano. Primero, porque todavía falta un buen trecho
para que ambas cámaras legislativas concluyan con las reformas exigidas por la
propia Constitución. Después, por la jornada electoral del 7 de junio con todas
sus tensiones y desacuerdos. Pasados estos próximos meses, entonces habrá
condiciones para culminar el proceso y dar ese trascendental paso hacia la
autonomía constitucional de la Fiscalía.
No estoy de acuerdo en descalificar a
priori a Arely Gómez por sus relaciones familiares o filiales. Si es esposa o
hermana, no por ello necesariamente habrá de compartir opiniones y criterios o,
más aún, de obedecer a sus parientes. Eso es menospreciar a la persona, a su
capacidad de juicio y a su propia autonomía. Por el país, por el gobierno de
Peña Nieto y por la justicia, espero que le vaya bien a la nueva procuradora.-
Mérida, Yucatán.