Elecciones 2015: Paridad y Reelección
Dulce María Sauri Riancho
El
pasado 7 de octubre dio inicio el proceso electoral, que tendrá su momento
estelar el domingo 7 de junio del año próximo. Ese día, más de setenta millones
de personas con credencial de elector votarán en todo el país para elegir a los
quinientos integrantes de la Cámara de Diputados; en diecisiete estados y el
Distrito Federal, lo harán por las planillas de novecientos tres ayuntamientos,
dieciséis delegados y por seiscientos treinta y nueve diputados locales.
Además, en nueve estados la ciudadanía elegirá gobernador o gobernadora, entre
otros, en nuestro vecino Campeche. No cabe duda que la mayor participación se
registra cuando se trata de elegir autoridades locales, con excepción del
poderoso imán que representa la Presidencia de la república cada seis años. Por
eso, en el calendario electoral, la jornada más floja en cuanto a participación
de votantes, ha sido tradicionalmente la elección de diputados federales cuando
van solos. En esta ocasión, es altamente probable que se tengan dos escenarios
distintos: de alta participación ciudadana en las 17 entidades en que concurren
elecciones locales y federales, y de baja participación en las quince entidades
en las que sólo se elegirán diputados federales.
A
Yucatán le corresponderá elegir a cinco diputados federales, veinticinco
representantes al Congreso del estado y nuevas autoridades en los ciento seis
municipios. Iremos a las mesas de casilla donde encontraremos una sola
directiva, que nos dará tanto las boletas de diputados federales, como las de
presidentes municipales y diputados al Congreso del estado. Además, si la
Suprema Corte aprueba alguna de las solicitudes de consulta popular, tendremos
una papeleta con la pregunta correspondiente, bien sea en materia energética,
de reducción del número de legisladores plurinominales o sobre el salario
mínimo. A nadie escapa la situación tan distinta -y complicada- que vivirá el
votante en su paso por la casilla.
Pero
éstas no son las únicas novedades de la próxima elección. Por primera vez se
aplicará el principio de la paridad de género en las candidaturas de los diez
partidos políticos nacionales que participan en la contienda. Quiere decir que
en todos los casos, sin excepción alguna, para la renovación del poder
Legislativo federal y local los partidos tendrán que presentar mitad de
candidaturas de hombres y mitad de mujeres. Significa que en Yucatán todos los
partidos habrán de postular a siete u ocho mujeres, en los quince distritos
electorales en que está dividido el estado; y en las listas plurinominales,
cinco tendrán que ser del sexo femenino y cinco, del masculino. Sobre las
candidaturas a los ayuntamientos, algunos estados como Nuevo León y Querétaro
asumieron plenamente el compromiso de la reforma constitucional en materia de
paridad y legislaron para que las planillas de cabildos quedaran conformadas
paritariamente, mitad y mitad. En cambio, Yucatán se quedó corto, pues mantuvo
la “cuota” del 30% de mujeres candidatas a regidoras en sus planillas. En lo
personal, considero que este porcentaje quedará fácilmente rebasado, más cuando
en el Foro de Análisis Político celebrado en Monterrey el pasado mes de
septiembre, el presidente del Comité Nacional del PRI, César Camacho, planteó
que el partido a su cargo habrá de conformar planillas paritarias para cada una
de las elecciones municipales del país, incluyendo desde luego, a las que
habrán de ponerse a consideración del electorado yucateco, aunque la ley no
obligue a ello. Por si no fuera suficiente, el gobernador Rolando Zapata fue
designado como responsable de la Comisión de Igualdad creada por la Conago el
10 de octubre, ante el Presidente de la república y sus pares.
Algunos
partidos como el PRI y el PAN se están preparando para la postulación de mujeres
en la mitad de sus candidaturas. Celebran cursos de capacitación política
dirigidos específicamente a ellas. Saben sus dirigencias que tendrán que
cumplir la norma, pues si no lo hacen, el Instituto Nacional Electoral (INE)
les negará el registro para el conjunto de sus candidaturas. Los partidos
tendrán que combinar procedimientos democráticos con candidaturas competitivas.
No se valdrá mandar a las mujeres sólo a los distritos perdidos. Está
sancionado por la Ley y será vigilado cuidadosamente por un Observatorio que
está próximo a ser instalado. Otra cuestión son las candidaturas femeninas a
las gubernaturas por parte de los partidos que tienen posibilidades reales de
ganar, así como a las presidencias municipales. Al menos en la mitad de los
estados con elecciones de gobernador, hay mujeres en condiciones de ser
postuladas por el PRI o por el PAN, bien porque son senadoras, presidentas
municipales de la capital o se encuentran colocadas en alguna destacada
posición administrativa. Veremos a cuántas dejan pasar las estructuras
machistas todavía prevalecientes, esas que creemos extintas, pero que cuando se
trata del acceso al poder Ejecutivo, resucitan con extraordinaria virulencia.
Los
ayuntamientos también se cuecen aparte. Hay pocas presidentas municipales,
aunque Mérida y otras importantes poblaciones del estado han sido gobernados
por mujeres en más de una ocasión.
Pero
los obstáculos relacionados con los recursos económicos disponibles para las
campañas y los condicionamientos sociales que todavía pesan en el ánimo de
algunas, hacen más complicadas las postulaciones femeninas para encabezar las
planillas.
El otro
tema relevante de 2015 es la posibilidad de que quienes resulten electos/as en
los procesos locales, puedan reelegirse en 2018. A partir de ahora tendremos
autoridades preocupadas por hacer lo necesario para aparecer como candidatos en
el siguiente proceso electoral. Hay mucho que analizar al respecto. Pero por
espacio y respeto a ustedes, amigo/as lectoras, lo dejo para otra ocasión.- Mérida,
Yucatán.