El PRI, mujeres y el Carnaval
Dulce María Sauri Riancho
El mes de marzo de este año alberga un
Carnaval tardío. A esa presencia retrasada se suma la novedad del cambio de
sede de sus desfiles y de la fiesta popular que los acompaña. Quizá por eso
apenas se ha sentido la presencia del Rey Momo por la ciudad. Era parte de los
riesgos de su confinamiento en Xmatkuil, a cambio de dejar tranquila de
bullicio la zona del Paseo de Montejo, incluyendo sus plantas y camellones,
sacrificados anualmente por miles de paseantes que se aglomeraban en las
calles. Aunque se mantuvo el feriado escolar, los bancos encontraron en el
cambio de sede razón suficiente para trabajar lunes y martes. Sólo la presencia
del desfile de los niños y la “quema del mal humor” se llevaron a cabo en las
calles del Centro, enviando el mensaje de que el Carnaval comenzaba. Considero
que es todavía temprano para realizar el balance del traslado de la celebración
al sur de Mérida; de suspenderse la apropiación temporal por parte de miles de
meridanos, de todos los rumbos de la ciudad, de aquellos espacios públicos
reservados por costumbre a los vecinos del Norte.
Ahora parece haber sido sólo una feria,
con mayor o menor número de participantes, a la cual se le despojó su contenido
simbólico. La evaluación es necesaria, de parte de las autoridades municipales,
de las cámaras empresariales y de las organizaciones de la sociedad, si se
quiere conservar una celebración con auténtico arraigo popular. Sería una
lástima que se perdiera, aún con las limitaciones y excesos que motivaron su
rechazo por parte de un sector de la población. No sucede así en otras partes
del país, señaladamente en Veracruz, donde las fiestas de Carnaval son
consideradas parte del patrimonio cultural porteño y motivo de atracción
turística para la entidad.
Marzo también trae otras
conmemoraciones. En esta misma primera semana del mes, se celebra el 85
aniversario de la fundación del PRI, el 4, y el sábado 8, el Día Internacional
de la Mujer. Quizá quienes no son priistas ni simpatizan con este partido
consideren un exceso de mi parte el señalar la importancia de esta fecha, pero
es el partido en el gobierno, el que logró ganar la Presidencia de la República
después de doce años; el que bajo la consigna de “Mover a México” impulsó un
Pacto que hizo posible lograr las reformas constitucionales necesarias para
impulsar su programa gubernamental.
Es cierto que hay razones para celebrar
en el PRI, pero también grandes responsabilidades y preocupaciones. Entre las
primeras se encuentran las leyes reglamentarias y secundarias que habrán de
permitir -u obstaculizar- la aplicación de las reformas. Ya no contará el
gobierno con una adhesión fácil por parte del PAN y del PRD, ambos enfrascados
en los relevos de sus dirigencias nacionales. Claro que con una mayoría simple
integrada por los diputados y senadores del PRI, el Partido Verde (PVEM) y
hasta por Nueva Alianza, se pueden aprobar estas leyes fundamentales para el
éxito o el fracaso de las reformas. Pero la legitimidad que representa la
adhesión de otras fuerzas políticas es importante.
La parte de las preocupaciones priistas
está representada por los procesos electorales. En 2014 sólo en dos estados
-Coahuila y Nayarit- habrá elecciones: de diputados en el primero y, además, de
presidentes municipales en el segundo. Pero este año es también de preparación
para la elección de 500 diputados federales en 2015, además de varias
gubernaturas, entre las cuales se encuentra la de nuestro vecino estado de
Campeche, así como la renovación del Congreso de Yucatán y de sus 106
ayuntamientos. En el radar político aparece también la ciudad de México, sus
dieciséis delegaciones, que también se renovarán, donde el PRD se apresta a dar
una dura pelea por su supervivencia.
Se puede presumir acertadamente que
varias acciones gubernamentales están destinadas a facilitarle al PRI el
recorrido de la pronunciada cuesta electoral de 2015. Por ejemplo, el reciente
“Acuerdo de Certidumbre Tributaria”, por el cual la administración del
presidente Peña Nieto se compromete a mantener sin cambio alguno los impuestos
vigentes hasta el final de su gestión en noviembre de 2018. Otro caso ilustrativo
sería la sustitución de televisores analógicos por digitales, entregados
gratuitamente por las autoridades federales con la finalidad de preparar el
llamado “apagón analógico”, previsto para diciembre de 2015.
Todos los partidos políticos con registro
tendrán un reto extraordinario en la elección de 2015. Por primera vez, sin
excepción alguna, tendrán que postular mujeres en la mitad de sus candidaturas
al Poder Legislativo; es decir, se aplicará la norma constitucional contenida
en el artículo 41 para establecer la paridad. El “llanto y crujir de dientes”
se escucha entre aquellos que consideran no contar con suficientes militantes
femeninas con merecimientos para competir y alcanzar una posición en la Cámara
de Diputados o en los congresos locales. Esta disposición recién adoptada será
motivo de celebración en el Día Internacional de la Mujer. Sin embargo, todavía
falta un importante trecho para que la norma de la paridad en las candidaturas
se aplique. Tiene que ver con la nueva ley electoral, donde hay que cuidar que
en la llamada “letra chiquita” no vuelvan a aparecer disposiciones que tuerzan
el compromiso de lograr más mujeres candidatas. Y si la ciudadanía las elige,
muchas más diputadas en 2015.- Mérida, Yucatán.