Historias del V Informe
Dulce María Sauri
Riancho
Dieciocho, más grande que ochenta y dos
La invitación para asistir al evento de
la tarde del domingo 2 venía en una atractiva cajita roja que guardaba una flor
de cinco pétalos, cada uno de ellos correspondiente a los años de gobierno,
ilustrado con fotografías del rostro de la titular del Ejecutivo. Por la mañana
se realizó la entrega del Informe en el Congreso del Estado, otra vez por un
funcionario del Ejecutivo, en un acto desangelado que contrastó con el de la
tarde hasta en la calidad de las invitaciones.
En el mensaje del Informe, el último de
su administración, la gobernadora Ivonne Ortega hizo saber que cumplió el 82%
de los compromisos realizados al iniciar su gestión, lo que significa que
cuatro de cada cinco de las promesas de campaña y de las acciones enlistadas en
los planes de gobierno se materializaron en obras y servicios de interés
colectivo. La calificación autoconferida al trabajo de gobierno es, sin duda,
sumamente elevada, aunque de difícil interpretación para los ciudadanos. Quizá
los buenos números reportados se apoyen en los temas de seguridad, en que
Yucatán sigue percibiéndose como una entidad “segura”. Tal vez tenga que ver
con las promociones turísticas, para las cuales las autoridades se han valido
de diversas estrategias, incluyendo la grabación de la telenovela de moda, la
realización de concursos nacionales de belleza, entre otros eventos. En lo que
tiene relación con ciencia, tecnología y educación superior, el parque
científico pasó la primera piedra, aunque poner la última requerirá decidido apoyo
por parte del próximo gobierno. Hubo también importantes reformas al marco
jurídico de Yucatán, comenzando por un nuevo sistema de justicia, además de
ordenamientos sobre distintos temas de interés, aprobados varios de ellos
“contrarreloj” por la legislatura saliente.
En una noche de fiesta como la del 5o.
Informe, no se puede hablar de errores ni de deficiencias. Por eso no se
mencionó que la promoción turística fue un esfuerzo aislado al disminuir la
conectividad aérea: cada vez hay menos vuelos directos de Mérida a ciudades de
los Estados Unidos y del propio país. En materia de seguridad, nada se informó
sobre el elevado número de accidentes viales, con pérdida de vidas y lesiones
severas, consecuencia de la ausencia de políticas públicas encaminadas a
proteger a los ciudadanos. Nada se dijo del aumento de robos a casas y
comercios. Desde luego que el dengue y sus terribles consecuencias tampoco
formaron parte del Informe ni del discurso, menos aún el inconcluso hospital de
Tekax. Pero más punzante fue la marginación del tema de la producción
agropecuaria y su preocupante deterioro. No hubo mención alguna sobre la
situación apremiante de los campesinos yucatecos que, ante la falta de apoyos,
dejaron de sembrar su milpa tradicional, profundizando así su ancestral
miseria. Tampoco se comentó la pluralidad cultural que nos distingue ni se
mencionó a la población maya, fuera de utilizarlos como escenografía “viva” con
el bello espectáculo de seis mil parejas de jaraneros en los patios traseros
del Siglo XXI.
Los más de diez mil jóvenes egresados
cada año con educación superior y que no encuentran trabajo en su profesión
también estuvieron ausentes. Los apoyos a las pequeñas y medianas empresas que
fluyeron lento o de plano no llegaron. Fue evocador el contraste del CITI
(Consejo de la Industrias de la Tecnología de la Información de Yucatán, A.
C.), apagado, mientras los reflectores y las luces iluminaban lo que se quería
mostrar, parte de una obra inconclusa y cuestionada. Como se sabe, el proyecto
CITI fue cancelado inesperada y arbitrariamente y las pequeñas empresas que ahí
se incubaban se quedaron sin apoyos, expulsadas de su local, que permanece
todavía con su letrero, en pleno complejo Siglo XXI.
La cuestión de la gobernanza, con su
componente esencial de participación ciudadana en los asuntos públicos, quedó
lastimada durante el gobierno que está por concluir, pues grupos de ciudadanos,
algunos afiliados a las cámaras empresariales, quedaron marginados o decidieron
disminuir o romper su interlocución con el gobierno estatal, ante las actitudes
de exclusión por parte de las autoridades. Una consecuencia inmediata de esta
situación se observó en las áreas de transparencia y acceso a la información
pública gubernamental, cuyo ejercicio como derecho de los ciudadanos se vio
dificultado por las actitudes de cerrazón de las autoridades. Si mal anduvo el
diálogo y ausente la concertación durante los cinco años de gobierno, malo fue
el colofón en ambos renglones: la gobernadora decidió no asistir a la Toma de Posesión
del Ayuntamiento de Mérida, seguramente por la filiación política de sus
abanderados.
En estos párrafos podemos encontrar las
razones del 18% de incumplimiento. Es obvio que pesa poco en el ánimo de la
gobernadora, pero debe ser carga de consideración para muchos ciudadanos, sobre
todo para aquellos que sufrieron o sufren las deficiencias y fallas de la
administración que está por concluir.
El futuro político de Ivonne Ortega
luce promisorio. Será convocada muy probablemente al gabinete del presidente de
la República. O tal vez sea la sucesora de Pedro Joaquín Coldwell en la nueva
era del PRI. Por lo pronto, en Yucatán deja un 18 que para muchos yucatecos es
más grande y pesa más que un 82.- Mérida, Yucatán.