El caballero y la gobernadora: compromiso refrendado

Dulce María Sauri Riancho

Se celebraban los 50 años de la fundación del Centro Patronal de Mérida, hoy Centro Empresarial, y la "toma de compromiso" de su directiva por un periodo más. Su presidente, Jorge Caamal, asumía en estas mismas fechas la presidencia del Centro Coordinador Empresarial yucateco por los próximos seis meses. ¿Aceptaría la invitación la gobernadora para estar presente?

Hace un año, el inicio de la gestión de los dirigentes del denominado "sindicato patronal" estuvo marcado por la inasistencia de la gobernadora. En los siguientes meses, las posiciones empresariales más comprometidas con las exigencias de cuentas claras, los cuestionamientos en materia de gasto público, proyectos de inversión y recientemente la oposición a la elevación de los impuestos provinieron del Centro Empresarial. La brecha se había abierto.

Como el año pasado, se invitó formalmente a la titular del Ejecutivo a acudir al significativo evento. Aceptó y con una insólita puntualidad dio comienzo el acto protocolario con los discursos de rigor.

Los planteamientos del presidente del Cemer habían sido críticos hacia un conjunto de acciones y omisiones del gobierno que encabeza su invitada. ¿Habría de cambiar su discurso, suavizarlo, hacerlo menos incisivo y demandante, en aras de la cortesía?

Tuve oportunidad de estar en el evento empresarial y considero que el ingeniero Caamal resolvió el dilema de la mejor manera. Cuidadoso en la forma, retomó los temas que han estado en la agenda del Cemer en su relación con el gobierno estatal. El punto de partida fue un recordatorio de que todos, comenzando por los empresarios, aportamos con nuestros impuestos al sostenimiento del aparato gubernamental. Por tanto, subrayó, tenemos derecho a exigir un manejo pulcro y escrupuloso de los presupuestos y gastos del gobierno.

La sensación de que no se tiene una estrategia articulada para el desarrollo del estado se expresó en la propuesta para establecer una agenda conjunta de trabajo, para "...revisar el rumbo económico de nuestro estado, ver con qué recursos contamos. Buscar nuevas estrategias para atraer inversiones...".

Dice el refrán: "...Más vale tarde que nunca...", pues al actual gobierno sólo le restan poco más de 18 meses de gestión. El tiempo para emprender obras de envergadura parece haber pasado definitivamente. Conforme se acerca el final de la administración aumentará la tentación de improvisar, de ejecutar obras para gastar el dinero autorizado, aunque después queden en calidad de "elefantes blancos".

Ésta es la preocupación por la aplicación de más de 1,800 millones autorizados por el Congreso. Después de afirmar que aún no se conocen los estudios y proyectos que dieron origen a ese crédito, el ingeniero Caamal planteó la creación de un grupo de trabajo para "aportar nuestra experiencia", revisar la rentabilidad social y que las obras puedan ser concluidas antes que finalice el gobierno. Baste señalar que el monto será "...compromiso de pago para las próximas generaciones...".

No fue necesario mencionar directamente la opacidad que prevalece en las cuentas del gobierno. Para contribuir a la transparencia propone Coparmex Mérida la creación de un comité ciudadano que dé seguimiento a la conformación de los presupuestos de Ingresos y de Egresos (sólo resta el correspondiente a 2012), así como del avance del ejercicio de los recursos asignados y los indicadores del grado de cumplimiento.

La posición institucional de este quincuagenario sindicato empresarial se vio reflejada en estas palabras de su presidente: "... No concebimos un Estado fuerte sin un empresario fuerte... Que no pierda dignidad ante la amenaza, que pueda resistir a la tentación de la componenda y los arreglos bajo la mesa. Que denuncie, exija y se respete, y sobre todo, se dé a respetar. Que no se vea como una fuente de recursos para las campañas políticas... y sobre todo, exigir la rendición de cuentas...". ¡Cuántos no habrán identificado al proveedor cuyas facturas quedan pendientes de liquidación por largos meses, al empresario que concursa una y otra vez sin éxito, aunque su propuesta sea la de menor costo!

La Coparmex no es una organización fácil ni sencilla interlocutora del poder público. Desde el gobierno tuve la experiencia directa en una etapa particularmente compleja de la vida del estado y del país. Es voz crítica y comprometida con el propósito de impulsar el bienestar colectivo, desde la óptica empresarial.

En su intervención la gobernadora también fue cuidadosa. Evadió con precaución los temas relativos a la transparencia y rendición de cuentas, y aceptó parcialmente la propuesta de agilizar la comunicación con las diversas instancias de la administración pública estatal que tengan incidencia en proyectos y temas "... en los que el gobierno y ciudadanos puedan cooperar y sumar esfuerzos...".

Una, la gobernadora, y otro, el caballero, reconocieron que ha habido y habrá desencuentros, incluso enfrentamientos, pero refrendaron el compromiso mutuo para que los canales de diálogo continúen abiertos.

Sin claudicaciones ni sumisión, la Coparmex Mérida celebró su aniversario. Que su voz siga contribuyendo a ensanchar los espacios de participación social en Yucatán. Enhorabuena.- Mérida, Yucatán.

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