Dulce María Sauri Riancho “Si ganamos este año, no hagamos olas”

Ex dirigente nacional del PRI. Con carácter autocrítico aborda triunfos y errores de su partido y cómo llega al 4 de julio

Andres Becerril (Entrevista publicada el 4 de marzo de 2010 en el periódico “Excelsior”)

Dulce María Sauri Riancho, ex dirigente nacional del PRI, sostuvo que si ese partido vence las urgencias de ganar a cualquier costo las elecciones de este año, como preámbulo a la presidencial del 2012, desplegará una estrategia de “no hacer olas”.

Y explica: “No intentar cambio alguno que obligue a definirse frente a los grupos de poder, lo que significaría la virtual cancelación de las reformas de fondo, incluida la política”.

La ex senadora se pronunció en contra de que cualquier priista que busque ser el candidato a la Presidencia en dos años tenga que “vender su alma al diablo” para llegar.

En el marco del 81 aniversario del PRI, la también ex gobernadora yucateca aseguró que el problema ahí no es solamente el recambio de cuadros.

Ahora a la sombra del poder, Sauri Riancho es una leal priista que no le importa ir a contrapelo de su partido que, “a semejanza de Fukuyama, ha decretado el fin de las ideologías y postula un descarnado pragmatismo en la búsqueda del poder político”, señaló: “Creo que el PRI no sabe exactamente qué hacer con su ideología”.

— En 2000, cuando el PRI perdió la Presidencia, se auguraba su desaparición, ¿cree que está listo para volver a Los Pinos?

El PAN no estaba listo para llegar a gobernar desde la Presidencia en 2000; el PRI sí estaba preparado para afrontar la más difícil circunstancia de la democracia, que es aceptar la derrota, lo que hizo sin regateo alguno, asumiendo, no sin problemas, su condición opositora.

“Pero el PRI contribuyó a gestar desde el poder una sociedad plural y exigente, que ahora demanda cambios de fondo. No tengo claridad si la organización política y la élite dirigente han comprendido a plenitud que México 2012 es muy diferente al país que gobernó durante más de 70 años; que el posible retorno del PRI representa para un sector de la población el regreso a las condiciones de seguridad y crecimiento económico que identifican al PRI como gobierno; para otros grupos, especialmente los jóvenes que tenían entre seis y 17 años cuando llegó el PAN al gobierno, el discurso de descalificación de los opositores al PRI poco o nada les dice. El común denominador generacional es la expectativa de cambio de una situación de agobio y hartazgo.”

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