Ante la crisis del Covid-19. Salvar empleos
Dulce María Sauri Riancho Una querida amiga tuvo que cerrar su pequeño restaurante, habían disminuido drásticamente los comensales, principalmente turistas y no quería poner en riesgo la salud de sus 10 trabajadores, incluyendo meseros y ayuda de cocina. Otro negocio familiar dedicado a enmarcar cuadros también bajó su cortina: escasa demanda de sus servicios, pero mantener abierto el local con los gastos de luz y pago de una auxiliar le costaba demasiado. Una empresa mediana dedicada a la construcción se debate entre la caída drástica de la demanda de casas y la necesidad de preservar el trabajo de más de 500 personas, entre albañiles y empleados. En estos momentos, una decisión “racional” en lo económico significa reducir a su mínima expresión las pérdidas, lo que conlleva cerrar las puertas, clausurar temporalmente el negocio. Estas decisiones las toman lo mismo grandes compañías armadoras de automóviles como pequeños establecimientos comerciales. En algunos casos —los me