31 marzo, 2021, 3:00 am Tienen razón y causa los miles de jubilados que han salido a las calles a manifestar su desacuerdo con el cálculo de sus pensiones, cuya base pasó del salario mínimo a las UMA (Unidad de Medida y Actualización) en 2017. Esta es la historia de una grave omisión legislativa que puede y debe ser corregida de inmediato. Nos demuestra una vez más que “de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno” cuando no se tiene el cuidado de revisar meticulosamente las consecuencias de las reformas constitucionales. Desde 2011 la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CNSM) manifestó la necesidad de “desindexar” el cobro de multas, tarifas, sanciones o recargos, al monto del “salario mínimo”, cantidad que formalmente establecía la CNSM, al empezar cada año, pero que respondía lo mismo a criterios políticos que económicos. Cada vez que se consideraba la pertinencia de incrementar los salarios mínimos por arriba de la inflación —exigencia perma...