Salud 24 horas, siete días de la semana

Veinticuatro siete

Dulce María Sauri Riancho

24/7: estos números significan trabajar 24 horas del día los siete días de la semana. La policía y el aparato de seguridad pública lo hacen para darle al ciudadano sensación de seguridad. Es importante sentirse a salvo de un asalto o de actos que amenacen la vida o la integridad de la familia.


6/4 son los números de la atención a la salud: seis horas al día y cuatro días a la semana, aunque deberían ser cinco; los fines de semana no cuentan. La salud es otra dimensión de la seguridad: saber que cuando nos enfermamos podemos acudir a alguna institución que nos ayudará a sanar.

Es cierto que el gobierno no puede garantizar que todos los ciudadanos cumplan la ley y no cometan delitos, como no puede evitar que enfermen. Pero así como es obligación de las autoridades perseguir a los delincuentes, también es su responsabilidad el buen funcionamiento del sistema de salud del estado para que cualquier persona pueda tener atención de calidad que le permita recuperarse.

El sistema de salud de Yucatán está saturado. Esto quiere decir análisis programados con retraso de semanas o meses y operaciones urgentes una y otra vez postergadas. Se trata de médicos sobrecargados de trabajo por atender más pacientes y sustituir a quienes están en comisión sindical o simplemente no asisten a su labor.

Pero sábado y domingo son mucho más complicados. Los únicos servicios en funciones son los de urgencia y éstos, sólo en teoría.

Un hospital de segundo nivel, como el O'Horán y deberían ser el San Carlos de Tizimín, el de Valladolid y otros más, tiene consultorios y camas para hospitalización donde se atiende Ginecología y Obstetricia, Pediatría, Cirugía general y Medicina interna. Son las cuatro especialidades donde se concentra la mayoría de los padecimientos que afligen a la población. Por eso causa un impacto demoledor la deficiencia en los servicios médicos de este nivel.

Hace unos meses fue publicada una encuesta de satisfacción de los usuarios con el Seguro Popular en Yucatán. Mostraba un alto nivel de aceptación y un 100% de surtido de recetas. Los comentarios cotidianos no coinciden: hace falta material básico quirúrgico y de curación a grado tal, que a los propios pacientes se les solicita que lleven lo necesario para ser operados. Los medicamentos escasean -dicen que hay un serio problema de pagos al proveedor principal- y los equipos descompuestos o inoperantes llevan a pacientes o a sus familiares a recurrir a laboratorios privados o a hospitales particulares cuyos precios están lejos de sus posibilidades económicas. Las familias se endeudan con tal de recibir la atención que debió suministrar el hospital público.

Por otro lado están las obras inconclusas de los hospitales de Tekax y Valladolid (ambas con tres años de atraso); las ampliaciones del hospital San Carlos de Tizimín que no se pueden utilizar por falta de plazas, por lo que el gobierno del estado ha recurrido a los presidentes municipales de la región para que hagan una "vaquita" que permita pagar al personal necesario. Parece que los cuantiosos recursos económicos no se están asignando correctamente.

La parte estatal del sistema de salud de Yucatán demanda una revisión de fondo, sin concesiones ni falsas complacencias. Se tiene que resolver la cuestión del personal médico y de enfermería que sean suficientes, que asistan a sus labores en el horario previsto.

El domingo salió publicada una convocatoria del Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán para contratar a 66 médicos especialistas y 155 enfermeras. La gigantesca obra realizada en la zona de Altabrisa podría comenzar a operar a toda su capacidad como hospital de tercer nivel. ¡Qué bueno que así sea; qué malo que sea con un retraso de cuatro años! Pero ¿cuál será la relación con los pacientes y enfermos del O'Horán y otros hospitales públicos que requieran tratamientos especializados? ¿Podrán ingresar porque existe algún convenio con el gobierno estatal o les será vedada la entrada por los altos costos?

La policía y el aparato de seguridad pública trabajan 24 horas para garantizar la seguridad de los yucatecos. ¿Sería mucho pedir que el sistema de salud tampoco descanse sábados y domingos, que deje atrás los horarios burocráticos de 9 a 3 de la tarde y dé seguridad día y noche a las familias yucatecas? En materia de salud, también queremos 24/7...- Mérida, Yucatán.

Entradas populares de este blog

2010: entre augurios y premoniciones

Yucatán: fortalezas, debilidades, amenazas, oportunidades

Vieja virtud: "Veo, oigo y ¿callo?